lunes, 15 de noviembre de 2010

Santiago Ramón y Cajal, ¿te suena?

Santiago Ramón y Cajal nació en Petilla de Aragón, Navarra, el 1 de mayo de 1852, y fue un reconocido médico, especializado en la anátomo-patología microscópica.
Desde muy pequeño, demostró su capacidad para las artes plásticas, especialmente en la rama del dibujo.
Como curiosidad, destaco su conducta, que era por muy rebelde, y confrontaba a sus profesores debido al método autoritario que se utilizaba entonces para la educación.Sus estudios primarios los realizó en Jaca y luego, se recibió en el bachillerato del Instituto de Huesca.


Otro dato curioso de la vida del joven científico, es que en su adolescencia comenzó a interesarse por el físico-culturismo, por lo que comenzó a ejercitarse a cambio de lecciones de anatomía para el dueño del gimnasio.

En el año 1870, su familia decidió mudarse hacia Zaragoza, en donde Santiago se recibió de médico, en la facultad de esa misma ciudad. Un tiempo después, fue llamado a alistarse al ejército.

En 1875, comenzó a sentir la pasión por la investigación científica, por lo que él mismo se pagó su propio microscopio para comenzar con sus proyectos.

Dos años más tarde, consiguió quedarse con varias cátedras de distintas facultades, hasta que finalmente logró la de Histología en Madrid.
En el año 1883, consiguió la cátedra de Anatomía Descriptiva de la Facultad de Medicina de Valencia, desde donde comenzó a estudiar la epidemia de cólera que había afectado a cientos de personas en esa misma época.

Su teoría fue posteriormente aceptada por la Sociedad Anatómica Alemana, en donde expuso la "Doctrina de la neurona", en la que aseguró que las neuronas son la estructura básica y funcional del sistema nervioso.
Santiago Ramón y Cajal fue un científico muy condecorado en su vida, gracias a trayectoria ganó la Medalla Helmholtz, el Premio Nacional de Moscú, fue nombrado Doctor Honoris Causa de las Universidades de Clark, Boston y Cambridge, y también fue nombrado Marqués. Pero sin dudas su premio más reconocido fue Premio Nobel de Fisiología y Medicina.
El día 17 de octubre de 1934, luego de escribir su libro "El Mundo visto a los ochenta años". Santiago murió en Madrid acompañado de su familia y sus alumnos.

¡Tengo la cabeza grande!

No te dejes engañar por el título de este mensaje, porque seguramente no trata lo que tu estas pensando...
Es una gran curiosidad científica, que va a hacer que no nos riamos más de aquellos con una cabeza, un poco más grande.

Se ha demostrado que las cabezas más grandes, protegen del Alzheimer.

Las personas con Alzheimer que tienen una cabeza grande poseen una mejor memoria y más capacidad para pensar que aquellos pacientes con la misma enfermedad y una cabeza más pequeña, incluso si el Alzheimer ha acabado con la misma cantidad de neuronas en ambos casos. Así se ha demostrado en un trabajo realizado por investigadores de la Universidad Técnica de Munich (Alemania) y publicado en la revista Neurology.


Según el autor de este estudio, Robert Perneczky, de la Universidad Técnica de Munich, “estos resultados añaden peso a la teoría de la reserva cerebral, es decir, la capacidad individual de resistir los cambios en el cerebro”. “Nuestros descubrimientos también subrayan la importancia de que el cerebro se desarrolle de forma óptima en las primeras etapas de la vida, hasta que alcanza el 93 por ciento de su tamaño definitivo, a la edad de seis años”, agrega.
Un total de 270 personas con Alzheimer participaron en este estudio, realizando test de memoria y capacidades cognitivas, además de escáners de resonancia magnética funcional (MRI) de sus cerebros para medir la cantidad de neuronas con las que acabó esta enfermedad. El tamaño de la cabeza se determinó al medir su circunferencia.
El trabajo demostró que un mayor tamaño de cabeza estaba asociado con mejores resultados en los test de memoria y reflexión, incluso cuando existe un grado equivalente de muerte celular en el cerebro. En concreto, para cada 1 por ciento de neuronas muertas, un centímetro adicional de cabeza está asociado con un 6 por ciento mejor resultado en los test de memoria.

martes, 9 de noviembre de 2010

Alexander Fleming, ¿Quién fue?

Alexander Fleming, fue un famoso científico escocés
Este célebre científico nació en el seno de una familia campesina escocesa. Hijo de Hugh Fleming, quien falleció cuando Alexander contaba sólo con siete años de edad.
La educación de Alexander, fue bastante rudimentaria. Comenzó a sentir amor pleno por la observación detallada y el talante sencillo. Una vez cumplidos los 13 años, se trasladó con uno de sus hermanastros a Londres, en donde finalizó su educación gracias a dos cursos intensivos realizados en el “Polytechnic Institute
En 1906, Fleming comenzó a trabajar para el equipo del bacteriólogo Sir Almroth Wright, con quien fue socio por más de 40 años.
En el año 1908 terminó su carrera, obteniendo la Medalla de Oro de la Universidad de Londres
Fleming dedicó su vida profesional enteramente a la investigación de las defensas del  cuerpo humano, e intentó dar pelea a distintas infecciones bacterianas.
En septiembre de 1928, Alexander Fleming descubrió la penicilina, siendo considerado actualmente como uno de los más importantes descubrimientos de la terapéutica moderna.
Según se sabe, durante un estudio del doctor acerca de las mutaciones de determinadas colonias de estafilococos, encontró interesante el hecho de que uno de los cultivos había sido accidentalmente contaminado por un hongo identificado como el Penicillium notatum.
A pesar de las pruebas administradas por el científico, la penicilina tardó unos quince años, a partir de su descubrimiento, en convertirse en el agente terapéutico de uso universal que llegó a ser un tiempo después.
 
En 1945, ganó el Premio Nobel junto a sus colegas Florey y Chain.

Y finalmente, tras sufrir una trombosis coronaria, Alexander Fleming falleció en Londres el 11 de marzo de 1955.

Cometas, las de jugar NO, los cuerpos celestes

Ya que recientemente puse información sobre la invención del telescopio, ahora trato de expilcar, qué son esos estraños replandores que raramente vemos por el cielo: LOS COMETAS.
Los hombres primitivos ya conocían los cometas. Los más brillantes se ven muy bien y no se parecen a ningún otro objeto del cielo.
Parecen manchas de luz, a menudo borrosas, que van dejando un rastro o cabellera. Esto los hace atractivos y los rodea de magia y misterio.
Los cometas son cuerpos frágiles y pequeños, de forma irregular, formados por una mezcla de substancias duras y gases congelados.

En general, la órbita de los cometas es mucho más alargada que la de los planetas. En una punta los pueden acercar al Sol y, en la otra, alejarlos más allá de la órbita de Plutón.
Cuando los cometas se acercan al Sol y se calientan, los gases se evaporan, desprenden partículas sólidas y forman la cabellera. Cuando se vuelven a alejar, se enfrían, los gases se hielan y la cola desaparece.
En cada pasada pierden materia. Finalmente, sólo queda el núcleo rocoso. Se cree que hay asteroides que son nucleos pelados de cometas.
Hay cometas con periodos orbitales cortos y, otros, largos. Los hay que no superan nunca la órbita de Júpiter y otros que se alejan mucho, hasta que abandonan el Sistema Solar y ya no vuelven.

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Quién invento el telescopio?

El telescopio es un instrumento que revolucionó la ciencia al permitir que los astrónomos observasen el firmamento con muchísima más precisión de lo que sus capacidades naturales lo permitían. Pero...¿quién invento el telescopio?
La óptica había realizado considerables avances a lo largo de los siglos, produciendo una variedad de gafas primitivas, catalejos y otros aparatos destinados a mejorar la capacidad de visión del hombre. Sin embargo el diseño que inspirará el telescopio moderno puede atribuirse a 3 hombres, Hans Lippershey, Sacharias Jansen y Jacob Metius, todos ciudadanos holandeses quien a principios del siglo XVII comenzaron a desarrollar un dispositivo “para ver de lejos como si se estuviese cerca”.
Sin embargo ninguno de los 3 logró patentar el telescopio, ya que otros ópticos habían dicho que podían crear un dispositivo similar anteriormente, estableciendo una disputa con respecto a la paternidad del dispositivo. Sin embargo Lippershey triunfó cuando el gobierno holandés le pago generosamente para que perfeccionara su invento, interesado tanto en sus aplicaciones científicas como militares.
Es así que el telescopio no tiene un solo padre, sino varios, quienes contribuyeron a convertirlo en el instrumento de observación astronómica por excelencia y que hasta nuestros días continúa ampliando nuestro conocimiento del universo y sus misterios.

martes, 2 de noviembre de 2010

¿Por que los peces del océano Artico, no se congelan?

Las temperaturas de 1,8 grados centígrados bajo cero deberían ser lo bastante frías como para congelar a cualquier pez, ya que el punto de congelación de la sangre de estos animales es de alrededor de 0,9 grados centígrados bajo cero. El enigma de cómo los peces antárticos son capaces de seguir moviéndose sometidos a estas temperaturas tan gélidas ha intrigado desde hace mucho tiempo a la comunidad científica.




Estos peces, tienen unas proteinas anticongelantes capaces de protegerles de la congelación de la sangre. Sin embargo, hasta ahora ha estado poco claro cómo actúan dentro de los peces.
La investigación actual se centró en las glicoproteínas anticongelantes del pez antártico Dissostichus mawsoni, que uno de los colaboradores estadounidenses, Arthur L. Devries, había pescado él mismo en una expedición antártica. Él y su equipo ya se dieron cuenta de que la proteína tiene un importante efecto sobre las moléculas de agua a su alrededor, hasta una distancia considerablemente grande.







Equipos especializados han sido capaces de demostrar que las moléculas de agua se mueven de un modo especial, más ordenado, en presencia de estas proteínas.



Un insecto de hace 110 millones de años perfectamente conservado en ámbar.

Investigadores de la Fundación Dinópolis, han descubierto en el yacimiento San Just, de la localidad de Utrillas (Teruel), un pequeño insecto que vivió hace 110 millones de años.
Este, se había conservado perfectamente en una pieza de ámbar.
Se trata de un ejemplar de hembra adulto y que conserva un largo y grueso ovopositor con el que pondría sus huevos dentro de los tejidos de las plantas en las que vivía, unas coníferas cuyos fluidos utilizaba de alimento.
El paleontólogo Enrique Peñalver, uno de los científicos del equipo, ha señalado que la zona donde se ha producido el descubrimiento del insecto estaba hace más de cien millones de años situada junto a un brazo de mar.
Con este descubrimiento, el yacimiento de Sain Just se ha convertido, según Peñalver, en uno de los más relevantes de Europa, con importantes hallazgos en ámbar de fósiles de más de cien millones de años.

Entre otros, ya dados a conocer a la comunidad científica, ha citado una tela de araña con sus presas, la termita "aragonitermes teruelensis" o las avispas "cretevania montoyai".

La pieza, como el resto de las halladas en el yacimiento, se encuentra depositada en el Museo Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel, responsable de la conservación y preservación de los fósiles.